El motor AMG V8 de serie más potente de todos los tiempos, el diseño más expresivo, las medidas aerodinámicas más sofisticadas, la combinación de materiales más inteligente y la máxima afinidad con el deporte de competición. Durante el desarrollo del nuevo Mercedes-AMG GT Black Series (consumo de combustible en el ciclo mixto 12,8 l/100 km, emisiones de CO2 en el ciclo mixto 292 g/km)[1], los ingenieros de Affalterbach han hecho gala de un dominio absoluto del arte de la automoción. El nuevo superdeportivo sintetiza las genuinas raíces de la marca, ligadas tradicionalmente al automovilismo de competición, con el profundo conocimiento y la larga experiencia en el desarrollo de automóviles completos que entusiasman en todos los sentidos. El resultado son 537 kW (730 CV) de potencia concentrados en un motor V8 con cigüeñal plano, elementos aerodinámicos activos y un diseño que procede directamente del actual bólido de competición AMG GT3.
Black Series es la denominación que Mercedes-AMG utiliza desde 2006 para sus automóviles más especiales, que conjugan una deportividad sin concesiones con diseño expresivo y que son fruto de una transferencia sistemática de la tecnología del automovilismo a la producción en serie. Los modelos Black Series son joyas automovilísticas exclusivas. No se desarrollan para desaparecer en los garajes de los coleccionistas. Al contrario, y a pesar de su homologación para la carretera, su destino es hacer valer sus elevadas prestaciones en los circuitos de competición. El AMG GT Black Series sigue esta tradición y representa la nueva joya de la corona. Es el Mercedes-AMG más potente con motor V8 de serie, y más versátil que nunca para adaptarse individualmente a las condiciones particulares de los distintos circuitos de competición.
Para subrayar esta nueva definición de un automóvil superdeportivo, los especialistas en motores de Affalterbach han sometido la acreditada mecánica V8 biturbo de 4,0 litros a una completa remodelación para mejorar sus cualidades conocidas, como prestaciones, despliegue de potencia y curva de par. El pliego de condiciones determinaba como requisitos una potencia muy superior a la del actual modelo tope de gama de la familia AMG GT, una respuesta más directa y máxima agilidad. Estas propiedades exigían una reforma radical, que se materializó en un nuevo cigüeñal plano.
El nuevo motor del GT Black Series se basa en el motor AMG V8 biturbo de 4,0 litros con engrase por cárter seco. No obstante, y debido a las numerosas modificaciones implementadas, ha recibido un nuevo código interno: M178 LS2. Este propulsor entrega 537 kW (730 CV) a 6.700-6.900 rpm y un par motor máximo de 800 Nm entre las 2.000 y las 6.000 rpm. Los nuevos árboles de levas y el nuevo colector de escape han sido adaptados a la nueva secuencia de encendido, lo que aporta una mejora adicional del ciclo de admisión y escape.
Al igual que el modelo más potente del AMG GT Coupé de cuatro puertas, los dos turbocompresores de doble entrada se apoyan sobre rodamientos con el fin de optimizar su respuesta. No obstante, la rueda del compresor en los turbocompresores del Black Series es de mayor tamaño, de modo que los dos grupos de sobrealimentación pueden transportar conjuntamente hasta 1.100 kg de aire por hora. A título comparativo: en el AMG GT R son 900 kg/h. No se considera crítico un régimen permanente de 7.000 rpm. A partir de 7.200 rpm se limita el número de revoluciones. Y los dos intercoolers de mayor tamaño garantizan que la temperatura del aire de sobrealimentación se mantenga siempre en un nivel óptimo. La placa colocada sobre el motor, de color negro, es un testimonio más de la condición excepcional del propulsor.
De 0 a 200 km/h en menos de nueve segundos. ¿Cómo influye el motor en el AMG GT Black Series? Le confiere un carácter absolutamente singular, que se refleja tanto en el despliegue de potencia como también en su sonoridad particular, y hace posible unas prestaciones impresionantes. Con su ayuda, el modelo de dos puertas acelera de 0 a 100 km/h en 3,2 segundos y alcanza los 200 km/h en menos de nueve segundos. La velocidad máxima asciende 325 km/h, solamente en circuitos de carreras cerrados al público.