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FORD RANGER

Ahora que ya no me quedan deportivos de los que hablar (seguro que alguno habrá por ahí, ¡segurísimo!) os digo que me he pasado a las pick-ups. He cogido y me he ido a Luisiana, he alquilado una Ford F-150 y le he puesto una bandera confederada para pasar desapercibido… ¡¡¡¡ehh!!!! cuidado con esas cosas Héctor…. no, hombre, todo esto es broma, no soy un fan de las pick-ups aunque algunas me gusten, de hecho es difícil criarse en España y ser un fan de las pick-ups a no ser por internet, las películas, los libros,….. bueno, está claro, no tengo excusa, simplemente he escogido la Ford Ranger como tema central de esta entrada porque hace un mes fui a la Ford y me subí a una Ranger Raptor y sentí que podía meter primera y salir aplastando como una apisonadora con ese sentimiento de superioridad colmándote y sugiriéndote que hagas cosas «indebidas».

De hecho creo que esto ya lo conté, pero ahora es tiempo de desarrollarlo.


La Ford Ranger es básicamente una de las pocas pick-ups de que disponemos en el mercado europeo dada su historia poco alentadora para ser en cambio del tipo de coche más vendido al otro lado del charco. Y es una pena porque con una pick-up tienes, a la vez que cualidades todoterreno y un espacio de carga muy superior a cualquier SUV o 4×4 en el mercado. Así sus competidoras son la Amarok de VW, la Hilux de Toyota y la Navara de Nissan por citar algunas. No hay muchas más. Lo gracioso de esto es que de éstas, ninguna es de origen estadounidense precisamente. Vaya, curioso, y eso que tienen un éxito considerable en otros países…




La Ford Ranger actual es el modelo 2016, es decir que tiene unos añitos, y se ofrece en varias versiones, a elegir entre las carrocerías: Cabina sencilla, Doble cabina y Super Cab.

Este sería el orden de menor a mayor tamaño y teniendo en cuenta que estos bichos miden una burrada, yo no me decidiría por la Super Cab si no tuviera que transportar muchas cosas de golpe y tuviera una casa en el campo con caminos de piedras de un sólo sentido.


A ver, estéticamente yo no destacaría nada exteriormente hablando, de hecho me parece un poco sosa, pero eso es porque me fui directamente a la chicha, a lo gordo. Interiormente el habitáculo es muy Ford, es decir, que recuerda al Focus en muchas cosas, el equipamiento es bueno de todas maneras y los materiales son agradables y de calidad. Hay un gran equipamiento y ayudas a la conducción de serie aunque en estos «bichos» yo me centraría en otros aspectos. Vale que los ocupantes viajen cómodamente en el interior delante y detrás, que haya navegador y climatizador bizona, etc. pero lo que de verdad importan son dos cosas. UNO y principal: Las cotas que alcanzan en desniveles y lo que pueden o no superar con sus características off road.


Como no soy un experto en el tema todoterreno y estas cosas de vadeo, altura libre al suelo y demás ángulos de ataque y salida, no voy a nombrar cifras pero sí diré dos cosas: ya en esta versión Ranger «a secas» esas cifras son prometedoras y cumple bien en su terreno, a la vez que confortablemente. Eso es un buen punto. 

Y la otra es que para una experiencia única en terrenos difíciles y totalmente fuera del alcance de turismos y SUVs, lo mejor es inclinarse por el Raptor. Aunque he de decir que ya la versión Wildtrack es poderosa, la Raptor es el culmen de lo que puede ser viajar por las rocas como un loco subiendo colinas y derrapando a toda velocidad.




Bueno, me faltan los motores, que son importantes aquí porque para tirar de esto necesitas fuerza. Por desgracia para estos vehículos tan impresionantes se usan motores diésel. En el caso de la Ford Ranger se trata de un 4 cilindros de 160 cv (parecen pocos y creo que lo son), y un 5 cilindros de 200 cv (me siguen pareciendo pocos), pero es que la versión Raptor monta uno de doble turbo de 213 cv. La pregunta es: ¿Sólo? ¿Con eso tirará? ¿No era una versión más radical? Poco a poco.



Bueno, tracción 4×4 sólo conectable desde el interior en las versiones de 160 y 200 cv y cambio manual de seis velocidades aunque existe posibilidad de automático.

En la versión Raptor el cambio es automático de 10 relaciones.




Vale, ¿y por qué me sonaba a mí tanto la versión Raptor cuando la vi en el conce? Pues porque juego mucho al Forza Horizon y la auténtica F-150 Raptor, que es su verdadero nombre, lo que pasa es que en EEUU es así y aquí Ranger Raptor, es una de mis adquisiciones favoritas. Es un auténtico monstruo de saltar dunas, comerse árboles enteritos, vagar por las montañas más altas, en fin, me encanta, sobre todo en ese color mezcla negro y azul. Aunque yo la vi completamente en color negro, saltan a la vista las diferencias estéticas como un paragolpes mucho más grande y aterrador. Es un exterior más agresivo y de hecho es en sí más grande y ancha. O sea que imaginaos pasar al lado de esta con un Polo… Yo vi una vez en persona una Dodge Ram y me dio miedo 😱.


La Ranger Raptor es modelo 2019 en Europa y no tiene competidores directos, como ya hemos dicho, monta un 2.0 4 en línea con 213 cv biturbo y 500 Nm de par, cada turbo opera según el rango de revoluciones del motor. La transmisión con 10 velocidades da bastante juego y junto a una selección de 6 modos de conducción diferentes podemos ajustar si queremos más potencia y pasárnoslo bien en la arena o mejor par para superar unas rocas jodidas. El Terrain Management System es el que ofrece los modos: Normal y Sport (para carretera), Gravilla o Nieve, Arena, Rock y el más reciente, Baja, con el que emular la famosa carrera mejicana.

Bueno, es hora de hablar del origen. En un principio y por eso os lo decía antes que ya me sonaba de algo esa parrilla, la Ford F-150 Raptor en EEUU salió en 2017 y allí es un mito. El modelo F-150 es un auténtico éxito desde hace muchos años, porque la verdad, tiene más de 60 años ya, pero fijaos que estos yanquis empiezan por lo gordo. La F- 150 Raptor es algo con lo que todos los adolescentes juegan y los padres también porque con la excusa de que es para cargar madera en el trabajo se pegan unas fiestas en el desierto que lo flipas. Y si os parece poco hay , por supuesto, versiones preparadas de motor y cuentan con unas aptitudes de verdaderos buggies en su salsa, con suspensiones mejoradas, bajos preparados para roca, sistemas de remolque, en fin, hay un sinfín de posibilidades, eso sí, si vives allí. Por eso, gente que me leáis de EEUU (que sé que hay algunos), sabed que tenéis mucha suerte y que aquí en Europa nos tenemos que conformar con la Raptor de 213 cv como mucho y eso sin pensar cómo coño la vas a aparcar y a circular por eso por una calle de pueblo. En fin, una vez más, América gana.

Pues nada, sin SVT, Shelby y Ford Performance sólo ofreciendo de momento el GT, el Mustang y el Focus y Fiesta ST, nos tendremos que remitir al Forza y hacer como yo, coged un Raptor y machacad el campo de Gran Bretaña como si fuera el patio del vecino.

¡Hasta la vista!

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